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Introducción

¿Qué es el periodismo ambiental?, ¿a qué se dedica? ¿desde cuándo existe?, ¿cómo se adapta a este mundo globalizado? y, por último, ¿cuál es el perfil de un periodista ambiental? Podrás conocerlo con un click.

¿De qué va este proyecto?

Quién sabe si hace trescientos años había voces que dijeran algo acerca del cambio climático. Quién sabe si algún periodista, de los primeros, se planteaba ya el tema de conocer de qué manera se iban a dar los cataclismos. Quién sabe si tan siquiera imaginaban que una parte de la profesión vendría a dedicarse exclusivamente a investigar, conocer y difundir los efectos de la contaminación humana en los ecosistemas y en la vida misma. Es muy posible que muy pocos avizoraran el nacimiento del periodismo ambiental.

Pero, ¿qué quiere decir periodismo ambiental? Según Karin Finkenzelle (2004), autora del libro Periodismo Ambiental en Brasil y Perú, publicado con el auspicio de la fundación Konrad Adenauer Stiftung, la complejidad del periodismo ambiental no permite que se reduzca su actividad al análisis y a descripciones simples. En ese sentido el periodismo ambiental es un tipo de comunicación especializada que requiere de “una preparación especializada desde el momento en que debe lidiar con una gran variedad de conocimientos, muchos de los cuales exigen el dominio de informaciones de diversas ciencias y teorías, desde las físicas y naturales, hasta las sociales y culturales” (pág.55)

Por otra parte, es una rama del periodismo que se dedica a examinar los cambios que han surgido desde que los efectos de la vida del hombre, su desarrollo, su industrialización y su modelo económico hicieron visibles ciertas perturbaciones en la naturaleza. Respecto a su origen “podemos citar la década de los años sesenta y setenta como el inicio del periodismo de medio ambiente. Surge como consecuencia de las luchas ecológicas que se producen en EE.UU y Europa Occidental” (Fernández, Rubio & Sanz, 2011, pág 249).

Pero el mundo de entonces ya no es el de ahora, hoy, en nuestro contexto, existe ya la Internet. Algo que para el autor del libro El periodismo ambiental Análisis de un cambio cultural en España, Antonio Carrillo, beneficia a la labor periodística debido a que la consulta de datos y la revisión de documentos se vuelven procesos más rápidos (cuando antes demandaban mucho más esfuerzo y recursos), asimismo, plantea que “el uso generalizado de la red informática mundial, por otra parte, reduce sustancialmente los errores que hasta ahora se podrían atribuir a las dificultades de acceso (materiales y de tiempo) a una documentación” (2008, pág.62).

Tal es así que, no solo en el periodismo ambiental, sino en los otros espacios de la profesión, se vuelve importante conocer y manejar el ámbito de lo tecnológico digital. Es allí cuando se podrán captar mejor los intereses de las personas que, en su mayoría, ya son nativos digitales. En consecuencia el perfil del periodista cambia, y como lo menciona la Sociedad Interamericana de Prensa en Periodismo Ambiental Riesgos y oportunidades en la cobertura Informativa, “El periodista ambiental debe ser como una esponja dispuesto a empaparse. Contemos historias en multiformato. ¿Por qué limitarnos al texto, cuando podemos incorporar audio, video, imágenes o hipervínculos?” (pág.10).

Nuestro panorama exige ese perfil periodístico y algo más. Una especie de compromiso ético y constante con cumplir la labor periodística de manera responsable. Esto último se potencia mucho más debido a que el periodismo ambiental es uno de “los actores más visibles para la construcción de la representación social tanto de los retos ambientales (del cambio climático, cambio global, extralimitación), como de sus causas (modelo de producción y consumo, crecimiento demográfico), como de las alternativas (la sostenibilidad)” (Fernández, 2010, pág.4). Hay en él también una función educativa y de generar conciencia en los receptores, quienes son, a fin de cuentas, las personas que van a ser, de alguna forma, afectadas en un futuro adverso que cada vez auguran más científicos, al hablar de la tragedia ambiental y el cambio climático.

Y eso no es todo. Victor Bacchetta (2000) asegura que el periodista ambiental debe reconocerse como científico. Pero, qué implica eso. ¿Tenemos que ser científicos? Para Bárbara Fraser (2016), la respuesta es no. En su manual ¿Qué es y cómo hacer periodismo ambiental?, afirma que el periodista ambiental no necesita tener una formación científica; pero sí profundizar en conceptos que permitan explicar de forma concisa y clara a la audiencia. Esta profundización se obtendrá al “ (...) hablar con los científicos y leer, leer, leer —artículos científicos, historias de otros periodistas, blogs científicos y sitios web—. Cuanto más amplia sea tu lectura, mejor comprenderás —y mejor podrás explicar— temas complejos y te permitirá encontrar más ideas para historias” (pág. 17). Asimismo, Frazer establece que el objetivo del periodismo ambiental es similar a cualquier tipo de periodismo: “contar historias basadas en una investigación sólida y precisa” (pág.19); sin embargo, entender de política y derecho ambiental, muchas veces, en el periodismo ambiental será  una herramienta clave.

En el periodismo ambiental, las historias están en todas partes. Y, aunque, los conflictos socioambientales son parte de las temáticas ambientales, no son las únicas. Ya que, inclusive “las historias que no parecen estar relacionadas con el medio ambiente pueden tener un ángulo ambiental” (Fraser, 2016, pág.13). Es decir, los orígenes de las historias ambientales pueden circunscribirse en diversos factores: político, social, cultural y económico. Por ejemplo, detrás de la inauguración de un sistema de transporte se podría estudiar si las emisiones de gases de  efecto invernadero se reducirán o, por el contrario, aumentarán. Fraser, 2016, pág.13). 

En esta misma línea, Fernández (2003), establece que las historias generadas de residuos, agua, bosque, protección de la naturaleza, mares, suelos, energía, transporte, atmósfera, agricultura, problemas urbanos, turismo, nuevas tecnologías y gestión ambiental son situaciones idóneas para el periodismo ambiental. Pero ¿cómo es el tratamiento de estas historias en la actualidad?

La innovación multimedial e interactiva se han incorporado en el tratamiento de reportajes ambientales. Tal como menciona López et al. (2019), en los últimos años, el periodismo ha innovado en cuatro áreas: los contenidos, los procesos productivos, la organización y el modelo de negocio periodístico. En el área de contenido, por ejemplo, las herramientas multimodales -videos, audios, imágenes, podcast- convergen junto la hipertextualidad para contar de manera directa y de diferentes modos las narrativas ambientales.

¿Y eso es todo? No. La presente investigación se centra en evidenciar las características del periodismo ambiental y las diferentes innovaciones multimediales que los periodistas utilizan para el tratamiento de sus reportajes. ¿Qué competencias tecnológicas son imprescindibles en sus reportajes?, ¿cuál son las ventajas del soporte digital y multimedial? y ¿Cómo se avizora el futuro del periodismo ambiental? son solo algunas de las interrogantes que se resolverán en esta investigación.

¿Quiéres escucharlo en podcast?

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